lunes, 14 de mayo de 2012

Hasta que lo perdió de vista

Edmund Blair Leighton - God Speed!, 1900

E assí passaron toda aquella noche. Y otro día de mañana la dueña se levantó muy triste e llorando fuelo a dezir a su hermana cómo Canamor se quería ir. E la dueña señora del castillo, desque lo oyó, pesóle mucho y fue luego a estar con Canamor. Y pidióle por merçed que no quisiesse irse y que quisiesse aver aquella posada por suya, y que quantos servicios ella pudiesse hazerle en toda su vida no le pudiesse abastar el bien que por él les avía venido. E por muchos ruegos que le fizieron no le pudieron detener allí más. E fuesse a despedir del cavallero señor del castillo y pidió a su escudero sus armas  y armóse y subió en su cavallo. Y la dueña con quien folgava estávale mirando e llorava de sus ojos. E desque se despidió de todos, salió por la puerta del castillo. Y subióse luego la dueña su enamorada en una torre por mirar por dó iva y nunca hizo sino llorar fasta que le perdió de vista.

Libro del rey Canamor, 1509

Edmund Blair Leighton - Stitching the Standard, 1911


1 comentario:

  1. Ohhhh!!! Esto es lo que Maritornes diría "cosas de mieles"!!! Cuánta belleza!!!

    ResponderEliminar